Pasó corriendo a mi lado una señora ya grande y gritó un nombre, más adelante un muchacho con vestimenta de practicante se detuvo y volteó a ver. La señora iba con sandalias, calzetas, una falta y blusa o camiseta, alguien que no se preocupa por la moda ni por combinar la ropa, eso es bueno.

La señora llevaba unos billetes en una mano y una bolsa en la otra, alcanzó al muchacho y este le recibió el dinero, se dijeron algo y el la besó en la cabeza mientras le daba un abrazo. Probablemente su mamá o abuela o tía, no sé. Que bonito es ver la preocupación por los jóvenes.